Las primeras vanguardias se iniciaron en 1905, año en que surgieron con notoriedad los dos primeros movimientos, Fauvismo y Expresionismo, cuyo lenguaje desafiaba las tradicionales leyes de la representación.
Tras ellos, se sucedieron otros lenguajes como el Cubismo (1907), el Futurismo (1909), la Abstracción (1910), el Dadaísmo (1916) y el Surrealismo (1924) que continuaron con la ruptura de los sistemas de representación establecidos hasta el momento.
Nacido en 1905, el Fauvismo está considerado el primer movimiento de vanguardia. Su denominación viene de la palabra francesa fauve que significa «fiera«, y que define la aplicación exacerbada de los colores sobre la tela, rompiendo la tradicional asociación con el objeto representado. Es decir, que por encima de la copia mimética de la realidad, prima la visión subjetiva y estética del artista.
Esta autonomía del color con respecto a la forma tiene en sus orígenes ciertos planteamientos propios del Simbolismo, como por ejemplo el concepto
de no imitación aplicado por Gauguin o Gustave Moureau; y del Postimpresionismo, como el uso de gruesos empastes y de la técnica
divisionista -empleo del color puro junto al complementario- utilizado por Seurat o Signac.
Los representantes más destacados de esta corriente son Henri Matisse, André Derain, Maurice Vlaminck y Raoul Dufy’.
Ejemplos de pintores expresionistas
David Alfaro Siqueiros, el muralista revolucionario
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