El expresionismo es una de las vanguardias en la pintura que intentó reflejar de forma crítica y violenta la atmósfera social que presagió el advenimiento de la Primera Guerra Mundial. Estos son algunos ejemplos de sus exponentes.
En su génesis aglutina parte de la filosofía nihilista de Nietzche, la vigorosidad de algunos cuadros de Van Gogh y la angustia que aparece en la obra del noruego Edvard Munch. Influenciado por el arte negroafricano, utilizó la línea quebrada, curva y angulosa, así como la esquematización de la forma, hecho que imprime a la obra un carácter agresivo y angustioso. Esta agresividad también se transmite a partir del uso de colores exaltados y contrastados.
Dentro de este movimiento de vanguardia se distinguen dos grupos:
1) «Die Brücke» (El Puente), surgido en Dresde en 1905 y formado principalmente por Ernst Ludwing Kirchner y Erick Heckel.
2) «Der Blaue Reiter» (El Jinete Azul) aparecido en Munich en 1910, y liderado por Wassily Kandinsky, y Franz Marc.
Nueva Objetividad
En la década de 1920 emergió una tercera etapa expresionista llamada Nueva Objetividad. Si bien no se trata de un grupo con identidad bien definida, ya que los artistas poseían características individuales más acusadas, había una tendencia al uso del detalle meticuloso para expresar mediante una realidad figurativa ácida y desgarrada, las sensaciones de la soledad, el horror y la angustia del hombre de la posguerra con una clara voluntad de denuncia.
Otto Dix y Max Beckmann fueron los principales artistas, cuya obra
se disipó en la década de 1930 con la llegada del nazismo.
Además, otro foco importante del expresionismo surgió en Viena, en el que sobresalen Egon Schiele y Oskar Kokoschka.
La obra expresionista de Kirchner
La iconografía de Tarsila do Amaral
Egon Schiele en 10 obras
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